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(Manifiesto corregido) Propuesta de MANIFIESTO DEL MOVIMIENTO CÍVICO VALENCIANO ANTE LAS ELECCIONES MUNICIPALES Y AUTONÓMICAS
Las asociaciones cívicas firmantes de este documento, aprobado en Alicante el 9 de abril de 2011, ante la próxima convocatoria de Elecciones Municipales y Autonómicas, manifiestan: 1.- Todo proceso electoral es una ocasión magnífica para que la ciudadanía declare públicamente su opinión, demandas, críticas, etc. No es un momento político que deba ser monopolizado por las fuerzas políticas participantes, sino que debe ser un período de apertura de la política a la sociedad civil. Los protagonistas de cualquier Elección no deben ser las candidaturas sino el electorado. En esos momentos los partidos deben ser, más que nunca, organizaciones abiertas y transparentes: la ciudadanía interesada y responsable no admitir la existencia de “asuntos internos” que se utilicen para encubrir prácticas que deterioran la vida democrática. Por todo ello exigimos a los partidos, candidatos y candidatas, ante todo, que sean ESTRICTAMENTE RESPETUOSOS CON LA SOCIEDAD CIVIL, QUE CONSIDEREN A LOS ELECTORES COMO PERSONAS INTELIGENTES MAYORES DE EDAD y que excluyan escrupulosamente de sus prácticas políticas el insulto, la manipulación, la personalización excesiva, el uso fraudulento de recursos públicos, la espectacularización innecesaria de su actividad, el uso simple del “y tú más”, etc. En lugar de ello, exigimos que centren su actividad en el análisis crítico de la realidad y en la oferta programática, que estén dispuestos a propiciar encuentros con la sociedad civil en sus diversas expresiones, a participar en debates públicos y, en otro orden de cosas, que muestren austeridad en el empleo de medios, evitando el derroche injustificado. Apelamos igualmente a los medios de comunicación, para que sean respetuosos con el pluralismo existente en la sociedad valenciana informando sobre las propuestas y acciones de todas las fuerzas políticas. 2.- Las próximas Elecciones tienen algunas características que las hacen peculiares, fundamentalmente por el hecho de estar enmarcadas por realidades que han alterado por completo algunas de las certidumbres sobre las que se ha desarrollado la democracia valenciana. En este sentido, al menos, hay que referirse a: -La crisis económica, con independencia de su alcance mundial o de las especiales repercusiones en España, supone el final catastrófico del ciclo alto de la economía valenciana, y permite comprobar que la prosperidad valenciana, tan pregonada desde muchas instancias, tenía los pies de barro. En efecto: al final de ese ciclo se aprecia que los niveles de paro, de pobreza, de desigualdad y de endeudamiento público y privado, son muy superiores a los existentes al inicio del mismo. El País Valenciano ha caído en casi todos los estudios comparativos entre Comunidades Autónomas y asistimos a una disminución de los índices de calidad de vida. Ello nos indica que la crisis, aquí, no es meramente coyuntural sino que afecta a la estructura misma de la generación y reparto de riqueza. Seguir fiando a una recuperación tras la que la construcción y los “grandes eventos” sean otra vez los motores del crecimiento es una tremenda insensatez. Por eso reclamamos a los partidos que centren su campaña en definir alternativas reales para combatir los efectos más dañinos de la crisis –en especial con políticas activas de empleo- y, sobre todo, en desplegar ideas creíbles para un nuevo modelo económico, sostenible y solidario. -La corrupción ha alcanzado en el País Valenciano niveles impropios en una democracia consolidada y madura. Sin menoscabo de las decisiones judiciales oportunas, muchos hechos conocidos deben provocar la más clara repulsa moral de la sociedad civil, en cuanto que generan desconfianza en la economía, desprestigian gravemente a las instituciones y promueven la cultura de la sospecha entre la población. No se trata sólo de condenar los asuntos más graves, sino de propugnar modelos de desarrollo económico y de transparencia institucional que impidan otros escándalos. Y tanto más cuando los casos especialmente graves aparecen junto a hechos que también afectan a los valores éticos implícitos en el sistema democrático, conformando una corrupción de baja intensidad: el derroche, el transfuguismo o el clientelismo generalizado son muestras de ello. No es extraño que todo eso provoque la inhibición ciudadana. Por ello exigimos que la corrupción ocupe en la campaña el lugar que le corresponde y que, más allá de ser utilizada como instrumento de agresión partidaria, se aproveche la situación para exponer sus causas y, sobre todo, los compromisos que los partidos propugnen para evitar su reiteración, como, por ejemplo, la renuncia a ubicar en las listas a los imputados por corrupción, creación de Comisiones de Investigación, medidas más eficaces para la transparencia y la participación social en la vida pública, acciones tendentes a la práctica de la austeridad por los cargos públicos, prácticas que eviten la confusión entre partidos gobernantes e instituciones, etc. -En este clima de deterioro institucional hemos podido apreciar que el margen de debate y de alternativas sobre muchas cuestiones también ha sufrido la caída de calidad democrática. Sometida la política valenciana a determinados prejuicios ideológicos ultraliberales y a intereses privados, apreciamos, por ejemplo, un urbanismo salvaje que ha contribuido a perjudicar el medio ambiente y el paisaje; un abandono creciente y, a veces, consciente, de los servicios públicos; una falta de interés por las señas de identidad valencianas y, en especial, por las políticas de normalización del valenciano; episodios de restricción de la libertad de expresión y de manipulación más allá de todo límite tolerable por RTVV; una crisis de los mecanismos de participación pública; despilfarro en acciones publicitarias y de difícil justificación, ampliando la deuda de las administraciones valencianas; desinterés en llevar a la práctica normas legales en materias como dependencia, conciliación, violencia de género, combate del trabajo irregular, igualdad, etc. En todas estas materias reclamamos que las fuerzas políticas muestren sus propuestas de manera precisa y cuantificable. -Como resumen de todo ello concluimos que EL PAÍS VALENCIANO SE ENCUENTRA EN UN ESTADO DE EMERGENCIA DEMOCRÁTICA, por ello exigimos de los partidos: -El enunciado de medidas precisas para que recupere la credibilidad las instituciones valencianas. -El compromiso de alentar la participación en las Elecciones. -La renuncia a usar de las instituciones en las que se gobierna para beneficiar al propio partido durante la contienda electoral. -La formulación de propuestas concretas para mantenimiento del Estado del bienestar en el País Valenciano. -El enunciado de fórmulas concretas para verificar que los electos mantendrán comportamientos éticos en el ejercicio de su cargo, cumpliendo su programa electoral, creando cortafuegos preventivos para evitar la corrupción, etc. -La inclusión de propuestas precisas para incrementar la participación ciudadana en todos los ámbitos, como una forma imprescindible para dar un contenido más completo y cotidiano a la democracia que, de lo contrario, puede aparecer como incompleta, mermada. 3.- Apelamos a la ciudadanía a participar activamente, con sus críticas y demandas en el proceso electoral. Especialmente apelamos al sentido cívico del pueblo valenciano para que, sea cual sea la preferencia de cada cuál, acuda masivamente a votar. 4.- Las entidades que firmamos este Manifiesto nos comprometemos a actuar en dicho sentido, a difundir públicamente y entre su afiliación lo indicado y a alentar a otras asociaciones a participar en esta línea. Igualmente nos comprometemos a permanecer vigilantes y activos tras las Elecciones, sea cual sea su resultado, para desarrollar un MOVIMIENTO CÍVICO VALENCIANO crecientemente fuerte y coordinado, un auténtico actor social que no tema intervenir en las cuestiones políticas, con voces plurales, críticas y dispuestas a promover iniciativas tanto como a oponerse a lo que considere negativo para la sociedad valenciana desde sus propias convicciones. --------------------------------------------- (Manifest corregit) Propuesta de MANIFIESTO DEL MOVIMIENTO CÍVICO VALENCIANO ANTE LAS ELECCIONES MUNICIPALES Y AUTONÓMICAS
Las asociaciones cívicas firmantes de este documento, aprobado en Alicante el 9 de abril de 2011, ante la próxima convocatoria de Elecciones Municipales y Autonómicas, manifiestan: 1.- Todo proceso electoral es una ocasión magnífica para que la ciudadanía declare públicamente su opinión, demandas, críticas, etc. No es un momento político que deba ser monopolizado por las fuerzas políticas participantes, sino que debe ser un período de apertura de la política a la sociedad civil. Los protagonistas de cualquier Elección no deben ser las candidaturas sino el electorado. En esos momentos los partidos deben ser, más que nunca, organizaciones abiertas y transparentes: la ciudadanía interesada y responsable no admitir la existencia de “asuntos internos” que se utilicen para encubrir prácticas que deterioran la vida democrática. Por todo ello exigimos a los partidos, candidatos y candidatas, ante todo, que sean ESTRICTAMENTE RESPETUOSOS CON LA SOCIEDAD CIVIL, QUE CONSIDEREN A LOS ELECTORES COMO PERSONAS INTELIGENTES MAYORES DE EDAD y que excluyan escrupulosamente de sus prácticas políticas el insulto, la manipulación, la personalización excesiva, el uso fraudulento de recursos públicos, la espectacularización innecesaria de su actividad, el uso simple del “y tú más”, etc. En lugar de ello, exigimos que centren su actividad en el análisis crítico de la realidad y en la oferta programática, que estén dispuestos a propiciar encuentros con la sociedad civil en sus diversas expresiones, a participar en debates públicos y, en otro orden de cosas, que muestren austeridad en el empleo de medios, evitando el derroche injustificado. Apel·lem igualment als mitjans de comunicació, perquè siguen respectuosos amb el pluralisme existent en la societat valenciana informant sobre les propostes i accions de totes les forces polítiques. 2.- Las próximas Elecciones tienen algunas características que las hacen peculiares, fundamentalmente por el hecho de estar enmarcadas por realidades que han alterado por completo algunas de las certidumbres sobre las que se ha desarrollado la democracia valenciana. En este sentido, al menos, hay que referirse a: -La crisis económica, con independencia de su alcance mundial o de las especiales repercusiones en España, supone el final catastrófico del ciclo alto de la economía valenciana, y permite comprobar que la prosperidad valenciana, tan pregonada desde muchas instancias, tenía los pies de barro. En efecto: al final de ese ciclo se aprecia que los niveles de paro, de pobreza, de desigualdad y de endeudamiento público y privado, son muy superiores a los existentes al inicio del mismo. El País Valenciano ha caído en casi todos los estudios comparativos entre Comunidades Autónomas y asistimos a una disminución de los índices de calidad de vida. Ello nos indica que la crisis, aquí, no es meramente coyuntural sino que afecta a la estructura misma de la generación y reparto de riqueza. Seguir fiando a una recuperación tras la que la construcción y los “grandes eventos” sean otra vez los motores del crecimiento es una tremenda insensatez. Por eso reclamamos a los partidos que centren su campaña en definir alternativas reales para combatir los efectos más dañinos de la crisis –en especial con políticas activas de empleo- y, sobre todo, en desplegar ideas creíbles para un nuevo modelo económico, sostenible y solidario. -La corrupción ha alcanzado en el País Valenciano niveles impropios en una democracia consolidada y madura. Sin menoscabo de las decisiones judiciales oportunas, muchos hechos conocidos deben provocar la más clara repulsa moral de la sociedad civil, en cuanto que generan desconfianza en la economía, desprestigian gravemente a las instituciones y promueven la cultura de la sospecha entre la población. No se trata sólo de condenar los asuntos más graves, sino de propugnar modelos de desarrollo económico y de transparencia institucional que impidan otros escándalos. Y tanto más cuando los casos especialmente graves aparecen junto a hechos que también afectan a los valores éticos implícitos en el sistema democrático, conformando una corrupción de baja intensidad: el derroche, el transfuguismo o el clientelismo generalizado son muestras de ello. No es extraño que todo eso provoque la inhibición ciudadana. Por ello exigimos que la corrupción ocupe en la campaña el lugar que le corresponde y que, más allá de ser utilizada como instrumento de agresión partidaria, se aproveche la situación para exponer sus causas y, sobre todo, los compromisos que los partidos propugnen para evitar su reiteración, como, por ejemplo, la renuncia a ubicar en las listas a los imputados por corrupción, creación de Comisiones de Investigación, medidas más eficaces para la transparencia y la participación social en la vida pública, acciones tendentes a la práctica de la austeridad por los cargos públicos, prácticas que eviten la confusión entre partidos gobernantes e instituciones, etc. -En este clima de deterioro institucional hemos podido apreciar que el margen de debate y de alternativas sobre muchas cuestiones también ha sufrido la caída de calidad democrática. Sometida la política valenciana a determinados prejuicios ideológicos ultraliberales y a intereses privados, apreciamos, por ejemplo, un urbanismo salvaje que ha contribuido a perjudicar el medio ambiente y el paisaje; un abandono creciente y, a veces, consciente, de los servicios públicos; una falta de interés por las señas de identidad valencianas y, en especial, por las políticas de normalización del valenciano; episodios de restricción de la libertad de expresión y de manipulación más allá de todo límite tolerable por RTVV; una crisis de los mecanismos de participación pública; balafiament en accions publicitàries i de difícil justificació, ampliant el deute de les administracions valencianes; desinterès a dur a la pràctica normes legals en matèries com dependència, conciliació, violència de gènere, combat del treball irregular, igualtat, etc. En todas estas materias reclamamos que las fuerzas políticas muestren sus propuestas de manera precisa y cuantificable. -Como resumen de todo ello concluimos que EL PAÍS VALENCIANO SE ENCUENTRA EN UN ESTADO DE EMERGENCIA DEMOCRÁTICA, por ello exigimos de los partidos: -El enunciado de medidas precisas para que recupere la credibilidad las instituciones valencianas. -El compromiso de alentar la participación en las Elecciones. -La renuncia a usar de las instituciones en las que se gobierna para beneficiar al propio partido durante la contienda electoral. -La formulación de propuestas concretas para mantenimiento del Estado del bienestar en el País Valenciano.
-L'enunciat de fórmules concretes
per a verificar que les persones electes mantindran comportaments ètics en
l'exercici del seu càrrec, complint el seu programa electoral, creant
tallafocs preventius per a evitar la corrupció, etc. 4.- Las entidades que firmamos este Manifiesto nos comprometemos a actuar en dicho sentido, a difundir públicamente y entre su afiliación lo indicado y a alentar a otras asociaciones a participar en esta línea. Igualmente nos comprometemos a permanecer vigilantes y activos tras las Elecciones, sea cual sea su resultado, para desarrollar un MOVIMIENTO CÍVICO VALENCIANO crecientemente fuerte y coordinado, un auténtico actor social que no tema intervenir en las cuestiones políticas, con voces plurales, críticas y dispuestas a promover iniciativas tanto como a oponerse a lo que considere negativo para la sociedad valenciana desde sus propias convicciones.
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